lunes, 15 de noviembre de 2010

Wanted

"La única diferencia entre un sueño y una pesadilla radica en qué tan grandes son tus bolas, tipo"

Sobre la genialidad de Mark Millar no existe duda alguna. Gran parte de mi biblioteca la conforman, justamente, títulos de este brillante irlandés. Elegir mis favoritos no es labor sencilla, es más, ni si quiera la selección de un top-ten resultaría sencillo. Sin embargo, uno de los textos a los que siempre vuelvo (no solo cómic, sino de la literatura en general) es Wanted... sí, de Mark Millar. Wanted cuenta el giro drástico que da la vida de Wesley Gibson, un oficinista mediocre y dejado, cuando se entera que tiene un talento nato para el bello arte de matar cabrones.

"Mi padre me abandonó cuando tenía ocho semanas. Acaso miró en mi cuna y se dió cuenta de que era el padre del pendejo mas insignificante del siglo XXI???"

Wesley Gibson, representación viva de la vida moderna; es un veinteañero hipocondriaco a quien todos le cargan carrilla: su novia que le pone el cuerno con su mejor amigo, su jefa que de un pendejo no lo baja, sus vecinos que se burlan constantemente de él y hasta el viejito optimista que le remarca la mierdéz de su existencia; ve cimbrada su miserable vida cuando una sexy y fatal asesina llega y le dice que su padre (a quien Wesley creía muerto) fué el mas grande asesino de todos los tiempos.

"Cuando estás en La Fraternidad puedes disparar, matar, violar o destruír a quien quieras. Las consecuencias son para la gente pequeña"

Conforme avanza la trama, Wesley se ve immerso en La Fraternidad; grupo compuesto de Supervillanos que controlan todos los aspectos del mundo y que, décadas atrás, asesinaron a todo Superhéroe existente... y que además de todo, lograron que el mundo entero olvidara cualquier detalle que sugiriera la existencia de éstos héroes. En La Fraternidad se encuentran todo tipo de pintorescos personajes: El genio Solomon Seltzer, el neo nazi The Future, el extraterrestre Sucker, Shithead, Imp, Fuckwit, Johnny Two-dicks... en fin, pura finura.
Sin duda el momento más brillante de la serie es el entrenamiento que tiene que padecer Wesley para poder entrar a la fraternidad: dispararle a cadaveres, destazar animales de granja, sentarse atado a recibir palizas indescibles a manos del "más grande bastardo en el que alguna vez se hayan posado unos ojos", hasta eventualmente comenzar a matar seres humanos. "Yo quería matar a los verdaderos cabrones primero, pero comenzé matando a gente al azar. No sabía cuánto despreciaba a la humanidad hasta que tuve a todos esos malditos alardeando a mi alrededor". Finalmente, Wesley toma el manto de su padre como el nuevo "Killer".
Una vez como The Killer, comienza a operar dentro de La Fraternidad y descubre el enorme poderío de la misma. Viajes a realidades alternas, reuniones con los villanos representantes del mundo, dinero, libertad absoluta, amoralidad... y un gran complot por parte de cierta fracción de La Fraternidad para controlar el mundo entero.
Como marca de fábrica de las obras Millarianas, uno de los gigantescos aciertos de Wanted son sus maravillosos personajes: desde el Superman con síndrome de down (Fuckwit), hasta el despiadado Mr Rictus, pasando por el increíble Shithead (un monstruo compuesto por las heces de los 666 hombres más malvados de la historia), el pervertido Dollmaster y sus robots ("boys, I want you to kill this motherfuckers"), Johnny Two Dicks (un tipo que recibe órdenes de su, bastante despiadado, pene) y el orgulloso y tremebundo Killer original.
Al final viene el enfrentamiento inevitable entre La Fraternidad y Wesley, con giros inaudítos y una nada sutil crítica a la vida sedentaria, desensibilizada y aplastante del hombre moderno. El guión de Millar patea traseros como siempre, y el brillante dibujo de J.G. Jones es verdaderamente increíble. El New York Post definió a Wanted como el choque entre Matrix y Fight Club... y a mi me gusta incluso más que esas dos estupendas películas juntas.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La Autoridad!!!


Cuando a mediados de los ochenta Alan Moore tuvo el gigantesco éxito con esa deconstrucción heroíca desde una perspectiva sociopolítica que fué Watchmen (ya antes habia tratado el tema de una manera prodigiosa en el épilogo a su etapa en Miracleman), fueron muchos los autores que comenzaron a trazar superhéroes conscientes de los problemas sociales y políticos modernos, así como en contacto con los gobiernos e instituciones mundiales.

Pocos han sido, sin embargo, los títulos verdaderamente sobresalientes y, aun menos, los realmente brillantes. A estos últimos pertenecen sin duda The Autorithy, cómic de Wild Storm, escrito por Warren Ellis e ilustrado por Brian Hitch. El trabajo de Ellis lo respalda como uno de los grandes escritores de ciencia ficción modernos (baste leer el revolucionario arco de Iron Man: "Extremis" para corroborarlo) y sus inquietudes tecnológicas y de crítica social brillan como nunca en The Autorithy.

The Autorithy narra la formación del grupo de superhéroes que ostenta el mismo nombre del cómic. Tras el quiebre de Storwatch, Jenny Spaks (chica de 99 años, inglesa, con poderes eléctricos) se dedica a conjuntar a los más grandes héroes de la tierra: el Doctor (chamán de la tierra, que lo sabe tooodooo), Engineer (una chica con metal líquido en vez de sangre y que tiene posibilidades tecnológicas infinitas), Swift (una mujer con alas), Jack Hawksmoor (un "dios de las ciudades" que, literalmente le transmiten sus sentimientos), Midnighter y Apolo (poco disimulada referencia a Batman y Superman).

La visión de Jenny Sparks es simple: Hacer de este mundo un lugar mejor y ayudar a los necesitados... y de ahi pal' real: The Autorithy se dedican a combatir amenazas indescibles y en mayor escala macabrónica cada vez: Primero al demente terrorista Kaisen Gamorra que, con ayuda de su ejercito de super-poderosos clones busca la dominación mundial marcando sus tres "nudos" a lo largo del mundo (en rusia, inglaterra y los ángeles).

Luego combatiendo al terrorífico Slinding Albion (rey de una raza alienígena aliada con Inglaterra en un universo paralelo), sus naves espaciales y su peculiar ejercito inglés y que derrotan en una batalla de escala mundial con muchas vísceras. Pero en definitiva la historia más alucinante de la etapa de Ellis es la tercera y última, donde combaten a nada menos que una originalísima encarncación de Dios, que viene a "resetear" la tierra... cuatro numeros absolutamente indescriptibles y maravillosos.

El dibujo de Hitch en este título no se mide de tan bueno, pues uno de los más grandes aciertos de Ellis es el gran peso que les da a las escenas de acción, sean de madrazos, de destrucciones masivas, de peleas entre maquinas (ese "Carrier" es una chingonería). Se abusa de las Splash Pages, pero de una manera sublime (hay números en los que no pasa gran cosa, solo combates), y en ese aspecto ese Hitch es un grande entre los grandes.

En resumen, un cómic estupendamente escrito y brillantemente dibujado. Alguien dijo por ahí que The Autorithy es el primer gran cómic de superhéroes del siglo... y pa mi que tiene razón. La radical secuela a cargo de Mark Millar se merece mil entradas... pero ya serán después.